Compuesta por dos islas, Norte y Sur, la diversidad de paisajes y experiencias son el principal atractivo de Nueva Zelanda: los bosques milenarios; los imponentes glaciares, montañas y volcanes; los fiordos y lagos de agua cristalina, y sus formidables costas con sus tranquilas playas lo convierten en un paraíso para los amantes de la aventura y las actividades al aire libre en cualquier época del año.
Los imponentes Glaciares Franz Josef y Fox, el remoto y salvaje fiordo de Milford Sound, la actividad geotérmica de Rotorua, el avistaje de cetáceos en Kaikoura y sus encantadoras ciudades, como Auckland, la “Ciudad de las velas”, o Queenstown, destino mundial por excelencia de deportes de aventura, son solo algunos de los must que esconde esta región tan remota.
Si a todo esto le añadimos una herencia cultural única, la maorí; sus entrañables gentes, y una cocina deliciosa, Nueva Zelanda se convierte en uno de los destinos más completos y bellos del mundo.